lunes, junio 20, 2005

Algo insólito... .


El Caballero haciendo una exhibición.

Algo insólito ocurrió hoy en mi empresa; mientras yo pensaba en Diógenes y Kant, esperando que en un descuido mío se fuera a tomar por culo toda la cadena de montaje, vi como en la lejanía se acercaba, al galope desbocado, un imponente corcel y a lomos de él un impotente Caballero, su bigote ondeaba al viento como dicendo ¡¡YIIIHAAA!! y la estela de polvo que dejaba a su paso escribía en el cielo la palabra Occipitofrontal.

Al rato ya había llegado a la puerta donde se encontraba Gregorio, que es el ser más triste y gris que jamás pudieras imaginar querido/a amigo/a. Al parar el caballo al lado de Gregorio, un destello y una grácil sonrisa iluminaron la cara del Caballero. Se hizo un terrible silencio.

(Ahora reproduciré la conversación tal y como ocurrío)

Caballero: "¿Gregorio?"
Gregorio: "Sí (con voz temblorosa)"
C: "Soy tu Príncipe Azul, he venido a salvarte. (y sus labios abrieron una gran sonrisa)"
G: "No, no puede ser."
C: "¿Gregorio?"
G: " Si, soy yo."
C: "Soy tu Príncipe Azul, he venido a salvarte. (esta vez puso una gran sonrisa e hinchó el pecho, llevandose tambien una mano a la cintura.)"
G: "No, no puedo ser yo te debes haber equivocado."
C: " ¿Gregorio Lopez Lasarte?"
G: "Sí, sí."
C: "Pues soy tu Príncipe Azul, he dicho que he venido a SALVARTE. Y en Central nunca se equivocan."

Y de esta manera, cogió a Gregorio de un repelón, lo subió delante de él en el caballo y salieron al trote por la misma puerta. Esta vez la palabra que escribía en el cielo la estela de polvo era... Hueyotlipan.